• Ante una crisis, lo mejor es asumir la situación en toda su gravedad, entender que el tiempo es un factor clave y cambiar todas las prioridades que hagan falta.
  • La comunicación por parte de la jerarquía debe encontrar un equilibrio: ni agrabar el desánimo, ni generar expectativas infundadas sobre la facilidad para superar el problema.
  • La presencia de las autoridades en medio de un conflicto, es una señal de compromiso que vale más que mil enunciados de principios.
  • El hecho de que exista una cultura de trabajo en equipo marcará una de las diferencias fundamentales para salir de la crisis.
  • El plan de contingencia debe plantearse metas de corto plazo, concretas y realizables.
  • La organización debe tener la suficiente flexibilidad como para aceptar nuevos liderazgos y la delegación de autoridad en temas específicos.
  • Todas las acciones deben estar en el marco de un plan que contenga un analisis de riesgo, demanera de no apurar procesos cuando esto puede ser contraproducente.
  • Durante una eventualidad, todos deben ocupar un rol tendiente al objetivo en común y nadie debe sentirse ajeno a esa tarea.
  • Escuchar una voz externa puede ser de ayuda: aporta una visión más abarcativa que es imposible tener desde el centro del problema.
  • Hasta el peor desastre puede ser una oportunidad para recuperar la esperanza y la mística.

Fuente: iProfesional.com.